viernes, 2 de octubre de 2009

El héroe del metro Balderas


Hay momentos de mi vida, en las que me pregunto, ¿qué tan fuerte sería mi fe, mi fuerza, mi lógica? En momentos cinematográficos como lo sucedido en el metro Balderas.

Al igual que yo miles de personas, consideramos que estamos en una desventaja contra los malos, porque ellos tienen armas, pero dentro de toda la gente, que estaba en la plataforma de los policías, que pidieron refuerzos, de la gente que corrió, del que se tiró al suelo, del que desmayó por los nervios, de todos esos empleados, directivos que usan el metro para llegar más rápido, estudiantes, carteristas, vendedores, de todos ellos, sólo una persona salió a enfrentar la amenaza y fue un albañil.

Recuerdo que mi abuelita siempre me contó una historia en la que ella estaba sobre Eje Central distraída y cuando se dio cuenta escuchó el rechinar de los frenos del camión, y vio como un albañil, se puso frente a ella; ella impactada preguntó porque había hecho eso, a lo que el señor respondió “porque vale más su vida que la mía.”

En la independencia murieron campesinos, indígenas, en la revolución tuvimos más bajas de ese lado que repercutieron en la historia económica del México post revolucionario y bueno si recapitulo esto es porque les hemos hecho creer que su vida no vale más que la nuestra y se lo han creído, y si lo han creído es porque creen en un país de esfuerzo, en una forma de vida aspiracional a tener una recompensa por su esfuerzo, un albañil, con cinco hijos y no, no tenía antecedentes criminales, no robaba, no asaltaba pero tuvo una carga emocional y disposición de hacer lo impesable.

Sí el gobierno del DF, ya se olvidó de él, pues yo no y espero que ustedes, mis queridos lectores, tampoco.

Muchos creen que con uno basta, un albañil que murió a balazo limpio, un judicial que entró con pistola en mano y ya llegó el montón al final.

Podrá bastar pero no será suficiente, por eso no podemos olvidarlo nosotros, el mejor agradecimiento es mantenerlo vivo en la memoria y creer en la gente de éste país.


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DE PILÓN

En el lago del Parque México, entró un perro a quererse comer un pato, el pato corrió, los demás se dieron cuenta se agruparon en el islote y como una gran nube de patos se fueron sobre el perro, hasta que salió corriendo del lago, mientras nosotros aplaudíamos el hecho.

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