sábado, 24 de octubre de 2009

La importancia de preguntar el acento.



Le eché la culpa a los tacos, que estaban muy buenos, le eché la culpa a mi amigo que iba a terminar antes que yo, le eché la culpa a mi falta de comida en el estomago y lo culpé de no haberme dejado pensar con claridad.

Primero la escuché hablar, me atrajo su acento, luego la vi, y me perdí en su cuerpo, alcancé a decir después de pensar en una estrategia pregunté: ¿De dónde es tu acento? Ella sonrió, y me dijo que era venezolana, en vez de pensar y ser normal como cualquier persona volteé a ver a mi amigo y le digo: “ te lo dije.”

¿Qué haces en México? ¿Estudias o trabajas? ¿Ya conoces bien la ciudad?

¡Algo!

Sigo sin saber porque, pero la regué, del tamaño del mundo, mi penitencia es que lo sepan, me sigo dando de topes y bueno, espero haber aprendido la lección.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando dudes de actuar, siempre entre "hacer" y "no hacer" escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.

Alejandro Jodorowsky