Televisión y la familia mexicana.

Era un domingo por la noche, no podría olvidarlo, estaba sentado con mi abuela en la sala, mientras nuestra conversación era interrumpida por unas estruendosas carcajadas en el comedor, un comedor donde la televisión es más importante que la misma mesa, en fin, la familia de mi tio se reunía para ver “Hazme reir” la producción con la que Televisa busca ganar raiting en las tardes del domingo; en pocas palabras son sketches soeces, poco originales, lo mismo de siempre ¿Carlitos? Espejel de “Chiquidracula” y “Carlinflas” después de más de ¡veinte años que terminó Chiquilladas! 

Este actor no lo puede superar, pero no sólo él sino el público también, ese público que aun les emociona hasta la médula saber de Lucerito, de Carlitos o de quien sea, del actor que sea, ¿por qué?

Más bien creo que es un para que, y es para sentirse cercanos a las “estrellas” de la tele, para suplir esos vacíos existenciales, donde baso mi felicidad y mi vida en base del otro, en base de un personaje “inalcanzable” que es todo lo que no soy, que se atreve a hacer lo que yo no me atrevo ni borracho, cantar, bailar, actuar, lo que sea y no conforme con eso, se suple o se trata inútilmente de eliminar esa distancia poniendo especial atención en los chismes de las revistas, en los chismes de Paty Chapoy, del Pepillo, etc.

Otra vez recordando este tipo de experiencias para ilustrar lo que trato de decirles, estaba en casa de la novia de un amigo y ella era FAN de RBD, no saben que cosa, y yo vomitaba todo lo relacionado pero pues bueno, me gustaba la chava y me chute esa tarde como una familia mexicana normal, en parejas, mi amigo con su novia y yo con su hermana, nos sentamos a ver RBD, fue tan lindo, me sentí “normal” pero no evite pensar en toda la gente que desperdiciaba así su vida y caí en depresión, vilmente; salí del trance, me despedí y me fui, ella me catalogó como raro, reservado… no se empezaba con r y así se me fueron muchos días pensando en una escena de la novela en la que estaba Anahí -una niña que sufrió anorexia, se implantó bubis y era la imagen a seguir de todas las niñas- con Poncho Herrera -un chavo cool, buena onda- estaban perdidos en una isla y en eso voltea esta niña y me dice, emocionada y nerviosa por la escena ¿tú qué harías?....

 

….

 

Guardé silencio y dije:

 

-       ¿Sabes que la historia además de que la escriben con las patas, sería remoto que te perdieras en una isla?

Ahora que lo pienso, por eso ya no anduve con ella, perdí todo interés, pero perdiéndome en mi preocupación sobre la tele entendí que si esas cosas de tele abierta captan e idiotizan a tanta gente es porque quieren vivir o fantasear con los hechos que ahí ven.

La televisión es el principal agente educador en nuestro país, y no todos tienen el privilegio de ver History Channel, South Park, Californication, Pushing Daisies, series perfectamente bien escritas; criticas, acidas, puntuales y cómicas.

La tele educa, queramos o no, es por eso que se debe reclamar por algo de calidad o de sentido común, en esta semana se desató una polémica en programa de Hazme morir, digo Hazme reír, le hicieron una broma a Sammy, y Rafael Inclán se quejó por abusar de un discapacitado.

Somos bien burlones de todo y si vemos a un tartamudo nos lo agarramos de bajada, y más si es lo que vimos en la tele.

En “Historias engarzadas” Mónica entrevista a Jenni Rivera la del video sexual y pasan un testimonios de su hermano que seriamente le dice:

“Jenni no te apures, eres una mujer que puede hacer con su cuerpo lo que sea y con la obligación de satisfacer y complacer a su pareja”

Ahí queridos amigos, creo que muchas mujeres se pusieron a grabar videos.

Total, mi abuelita se quiso reír, me invitó a reír pero ninguno de los dos pudo reír ante las carcajadas de los demás, nos vimos, regresamos al sillón y nos servimos un tequila -el mío fue doble- porque creo que como dice Alejandro Páez en algún artículo, “la estupidez merece todo el alcohol del mundo” yo diría que es por eso que los escritores tomamos, porque ante tanto insulto y tanta basura vale la pena perder la conciencia, la memoria y hasta el equilibrio para amanecer a un nuevo día.