domingo, 23 de agosto de 2009

Predecir el futuro.

Tengo un juego que me gusta jugar con mi familia cuando ven la tele, en particular cuando alguien ve una telenovela y consiste en apostarles dinero a que les adivino la trama, las psicologías de los personajes, e incluso el final de los protagónicos y de todas las historias que se tejen alrededor con sólo ver los primeros capítulos y muchas veces – la mayoría– gano el juego.

El otro día llegué al límite al interpretar un mail que llegó de una persona interesada en trabajar con nosotros, vi el mail lleno de mayúsculas y antes de abrir el currículo deduje que se trataba de un hombre adulto, que apenas usaba la computadora y que usaba esa letra para librarse y justificar además que no sabía donde poner los acentos, que se trataba de un hombre preocupado por lo que pensaran de él y por eso tantas formalidades en la redacción, que seguramente la cubría por no ser agraciado físicamente o por una autoestima baja y cual va siendo mi sorpresa que sin haberlo visto antes, cuando llegó a la entrevista era un señor con las características que le dije a mi jefa, es fecha en la que no me cree que no lo había visto antes en toda mi vida.

Es por eso que cuando te veo a los ojos, me abrazas, me escribes, me miras con una sonrisa con el sol en tu frente, siento tu piel o te recargas en mi hombro me congelo no porque no me pueda aprovechar o tomar ventaja como lo haría cualquier otro sino porque veo nuestra vida pasar. Veo como trabajo arduamente para que te enamores de mi, veo el famoso discurso honesto que dicta el amor verdadero, veo como me llenan los nervios y te hago sentir los latidos de mi corazón para que veas que es verdadero, veo tu cara iluminada dándome un ¡Sí!

Veo los días seguir, como te hablo, te escribo, me escapo para irte a ver, como me invitas a cenar con tu familia y acepto las primeras semanas pero después me va a cansar manejar o voy a tener un compromiso al que no pueda faltar. Me lo vas a perdonar, una y otra vez, algún día no te responderé el mensaje o la llamada porque no tengo crédito, y me seguiré negando a contratar un plan, no te va a gustar que prefiera más fines de semana escribiendo o leyendo sólo que salir y tarde o temprano me vas a dejar de ver como me viste ese día, porque me habrás conocido tal y como soy, con la diferencia de que para mi eres la misma, porque te conocí desde el momento en que te vi.

Ya no querrás verme, titubearás al cortarme, luego vas a estar con celular en la mano esperando que te llame jurándote cambiar, pero no esa llamada no va a llegar y me comes vivo con tus amigas, luego mi presencia va a ser incomoda cuando estemos con nuestros amigos.

Entonces recapacito y reacciono. me saludaste hace dos segundos y apenas regresas tus labios de mi mejilla, me dicen que me aviente, que te busque pero como ves ya me sé el final de la historia y pienso en quedarme como estoy, porque creo que así estaremos mejor.

¿Será?

1 comentario:

Guillaume le dark dijo...

No debe ser tan difícil hacerlo. Sí, hasta con los churros de Hollywood puede hacerse o las pelis que no son tan buenas. Pero, a ver me puedes descifrar los híbridos o bodrios de "Sortilegio" o "Pasión Morena" =?